Si encuentras una piedra lisa, desgastada por el tiempo y el agua, baja la cabeza y sueña como soñó Jacob. La piedra te conectará con la inspiración, con la visión, con el relámpago, o quizá con ángeles que ascienden y descienden. Cuando despiertes, exclamarás: "¡Qué impresionante es este lugar!", y tú también conocerás tu camino.